La Importancia De Las Experiencias Prácticas Durante La Formación Inicial Docente

La Importancia De Las Experiencias Prácticas Durante La Formación Inicial Docente

La formación inicial docente se caracteriza por tener un énfasis en la adquisición y dominio de conocimientos, lo que determinará la calidad del docente, según la amplitud de contenidos o saberes que se consideraron en su currículo de formación. Mientras que la práctica pedagógica permite en la formación inicial relacionar, transferir, interrelacionar y correlacionar el currículo de formación con la realidad escolar, desarrollando un análisis comparativo-reflexivo. Asimismo permite refutar o aprobar la vocación docente, estableciendo el rol que se ejercerá en los establecimientos educacionales.

En el presente reporte de lectura se da a conocer diferentes percepciones sobre la importancia de la práctica en la formación inicial docente, junto con opiniones críticas del lector, con el fin de obtener conclusiones que mejoran la labor docente.

Según la UNESCO, en su libro “La Educación Encierra un Tesoro”, apuntando a la mejora de la calidad del personal docente dentro de la formación inicial, se señala que “… habida cuenta de la función del futuro profesor en el desarrollo general de la personalidad de los alumnos, esta formación debería hacer hincapié cuanto antes en los cuatro pilares de la educación.” (pág. 164) …“Aprender a conocer, es decir adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; por último, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. Por supuesto, estas cuatro vías del saber convergen en una sola, ya que hay entre ellas múltiples puntos de contacto, coincidencia o intercambio.” (pág. 91)

Esto nos da a entender la importancia de la práctica en la adquisición del aprendizaje, sobre todo en la formación inicial docente, pues es ahí donde se debieran adquirir las herramientas necesarias para un buen desempeño. Pues en la práctica se puede apreciar los cuatro tipos de aprendizaje: Se aprende a descubrir, conocer y comprender la realidad educativa; se aprende a hacer, a crear nuevas herramientas o métodos de enseñanza que se adecúen a las necesidades propias de los alumnos, contrastando la teoría con la práctica educativa; se aprende a vivir juntos, se reconocen y respetan los roles de los agentes educativos, comprendiendo los factores y las variables que intervienen en el proceso educativo; y por último se aprende a ser, se toma conciencia del rol que corresponderá desempeñar en la institución educativa y frente a determinadas situaciones, se aprende a ser un ser más sociable.

Si los cuatro pilares de la educación no se encontraran presente en la formación inicial docente, por medio de la práctica pedagógica, no sería posible la reflexión continua sobre la aplicación de teorías, impidiendo la construcción de un pensamiento pedagógico, por consecuencia no tendríamos dominio del ejercicio docente.

Susana Huberman en su libro Cómo se forman los capacitadores. Artes y saberes de su profesión, nos da a conocer la importancia de la práctica pedagógica en el proceso de formación inicial docente por medio de la definición de shock de la práctica. “El concepto shock de la práctica representa un síndrome reactivo de la socialización profesional de los profesores y maestros al pasar de la etapa de formación inicial en profesorados o universidades a la práctica profesional. El docente reacciona emocionalmente ante las vivencias discrepantes por la actividad práctica, con sentimientos de desamparo, de miedo ante el fracaso. En lo cognitivo, el shock produce frecuentemente una aversión frente a la teoría y lleva a considerar que la formación inicial fue totalmente inoperante para la práctica, actitud que encuentra el apoyo de aquellos que sólo valoran la práctica…” (pág. 66)

Teniendo presente que la práctica pedagógica, en la formación inicial, es la instancia para generar un análisis reflexivo de la labor docente que se va desempeñar en los establecimientos educacionales, por ende sin ella, este rol a desempeñar no se ve reflejado, ni estimado hasta el momento de culminar la formación inicial, causando en sí un estado de shock.

Por otro lado existen muchos profesionales de la educación que no aprovecharon la oportunidad de generar buenas prácticas educativas durante su formación y ahora se ven reflejados por la definición anteriormente citada, sintiéndose personal y profesionalmente fracasados, mientras que este sentimiento puede ser superado por medio de las prácticas y por una buena comunicación con sus pares. Sin embargo, esto no es lo recomendado, pues se debiera aprovechar todas las instancias educativas durante el proceso de formación inicial, para evitar los errores y los malos desempeños profesionales, tales como no mediar el aprendizaje, no ligar la teoría con la práctica, etc., los cuales posteriormente se reflejarán en los resultados de sus estudiantes, por esa y otras razones los problemas que actualmente confronta la educación, le son atribuidos al docente.

José Luis García Llamas en su libro Formación del profesorado, necesidades y demandas, reconoce la importancia de la práctica para una buena formación docente. “La formación del profesor debe realizarse a partir de la práctica y volviendo a la misma en un proceso que implique el estudio, la reflexión la discusión, la experimentación y un nuevo planteamiento del problema. Esta propuesta podría contribuir a clarificarse el proceso que implica las acciones de planear, actuar, observar y reflexionar. Aunque este proceso puede realizarse individualmente resulta más eficaz si es colaborativo.” (pág. 75)

A partir de esta cita, se deduce la importancia de intervenir en la práctica pedagógica, entendiendo a la práctica como una acción que permite innovar, profundizar y transformar el proceso de enseñanza, por esto, los docentes en formación deben estar constantemente analizando sus conocimientos con sus acciones, establecer relaciones que permitan un mejor proceso educativo. Además se establece que la formación se hace por medio de la práctica, en otras palabras, que la práctica hace al docente.

Mientras que nuestra realidad local no los permite formarlos según estos ideales. Pues el reglamento de nuestras prácticas pedagógicas en conjunto con nuestros profesores supervisores nos limita al sistema imperante de los establecimientos educativos correspondientes, a la vez coartando nuestro sentido de innovación.

A raíz de todo lo anteriormente señalado se concluye que el saber pedagógico y su rol en el proceso formativo es primordial, pero una de las facetas más relevantes, a nuestro parecer, es la vinculación que tenemos los futuros docentes con la realidad educativa; ya que al concurrir a nuestras prácticas a diversos establecimientos educacionales, nos involucramos con en el proceso de enseñanza-aprendizaje del aula real, formándonos conciencia del rol real que desempeñaremos como docentes. Al mismo tiempo aprendemos de los errores, adquiriendo mayor experiencia en el campo específico de la didáctica. La teoría alimenta nuestra práctica y viceversa, permitiéndonos avanzar en la consecución de los objetivos de la formación inicial docente.

Las prácticas pedagógicas en la formación inicial son fundamentales, ya que es ahí donde nos damos cuenta si realmente tenemos vocación, además es la instancia donde relacionamos, integramos y confrontamos los conocimientos teóricos y prácticos promovidos en el periodo formativo, con la realidad de la enseñanza en el sistema educativo; porque para ser un buen docente se debe considerar el espíritu de servicio e interés por trabajar con y por las personas, la responsabilidad, el respeto, la tolerancia, la paciencia, la crítica, la reflexión, la motivación, el ser activo, comprometido, flexible, integrador, innovador y creativo. Teniendo en cuenta lo anterior, no todos pueden ejercer como docentes; ya que es una profesión que implica poseer una serie de habilidades, las cuales deben ser permanentemente reforzadas.

En resumen, la práctica pedagógica en el proceso de formación es importante porque da solución parcial al gran problema con el que se encuentra el futuro profesorado al finalizar su formación universitaria, que es la falta de experiencia. Pues, este primer contacto con la realidad educativa resulta muy enriquecedor, ayuda a adquirir determinadas competencias en la planificación de la enseñanza, labores administrativas y también permite observar un ejemplo de las posibles interacciones entre los miembros de la comunidad educativa con los que se podría encontrar en el futuro laboral.

viernes, 25 de junio de 2010 en 12:04:00 p. m.

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